Personas sordas
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Personas sordas
Sordera
El estudio de los niños que están privados de audición y que desarrollan modos alternativos de comunicación ha interesado a muchos investigadores. Los psicólogos evolutivos han intentado conocer qué cambios se producen en sus procesos lingüísticos, cognitivos, y sociales. Los lingüistas han analizado las características y las posibilidades de la lengua propia de las personas sordas:la lengua de signos. Los antropólogos y sociólogos han estudiado principal-mente las relaciones entre las personas sordas, sus actitudes y los rasgos principales que constituyen la cultura de los sordos. Los educadores han reflexionado sobre los procesos de instrucción y sobre las estrategias comunicativas que mejor se adecúan a la forma de aprender de las personas sordas. Las propias personas sordas han reclamado un papel en estos estudios y han aportado la reflexión sobre su propia experiencia. Todos ellos, de forma más autónoma o en equipos interdisciplinares, han contribuido a ampliar el conocimiento sobre la situación de las personas con discapacidad auditiva y sobre las estrategias más adecuadas para favorecer su desarrollo y educación. Este interés de los científicos, de los maestros y de la comunidad sorda para ofrecer unos saberes compartidos no ha conseguido todavía resolver definitivamente dos controversias históricas: el sistema de comunicación más adecuado para la educación de los niños sordos y el tipo de escolarización más positivo. El debate sobre la lengua y sobre la integración educativa se mantiene, a pesar de que en las dos últimas décadas se han producido avances importantes en todos los campos que permiten presentar un pano-rama más sólido y completo.
Diferencias individuales
Las personas con pérdida auditiva constituyen un grupo de una gran heterogeneidad, por lo que no es correcto realizar afirmaciones que puedan generalizarse a toda la población que tiene esta discapacidad. El desarrollo comunicativo y lingüístico, por ejemplo, de niños sordos con una pérdida auditiva profunda presenta unos rasgos muy distintos de aquellos otros con pérdidas ligeras o hipoacúsicos. El hecho de que los padres sean también sordos o sean oyentes tiene igualmente repercusiones importantes en la educación de los niños. Es posible organizar los principales factores diferenciadores en torno a los cinco siguientes: la localización de la lesión, la etiología, la pérdida auditiva, la edad de comienzo de la sordera y el ambiente educativo del niño.
Factores ambientales
Las diferencias que existen entre los niños sordos no derivan únicamente delos aspectos médicos, asociados al tipo, grado y edad de la sordera. Por el contrario, existen experiencias comunicativas y educativas que pueden modificar sustancialmente el curso del desarrollo del niño. La actitud de los padres ante la sordera de su hijo va a tener una notable influencia. Las reacciones pueden ser muy distintas. Hay padres que intentan negar su existencia y, en consecuencia, tratan a su hijo como si fuera oyente. Otros, por el contrario, desarrollan actitudes de sobreprotección. En una posición intermedia, más positiva, están los padres que aceptan las consecuencias de la sordera, crean un ambiente relajado de comunicación,y se plantean aprender y utilizar con su hijo el tipo de comunicación más enriquecedor. Un factor diferencial importante es que los padres sean también sordos osean oyentes. En el primer caso, los padres aceptan con más facilidad la sordera de su hijo, comprenden mejor su situación y ofrecen al niño un sis-tema de comunicación, la lengua de signos, que va a adquirir con gran facilidad. En el caso de los padres oyentes, que son el 90por ciento del total, si bien tienen una mayor competencia en la lengua oral, experimentan mayores dificultades para encontrar el modelo de comunicación más adecuado y para comprender las experiencias vividas por el niño sordo. La posibilidad de recibir una atención educativa desde el momento en que se detecta la sordera es una garantía para el desarrollo satisfactorio del niño. Una atención educativa que incluya la estimulación sensorial, las actividades comunicativas y expresivas, la utilización de la lengua de signos si el niño es sordo profundo, el desarrollo simbólico, la implicación de los padres y la utilización de los restos auditivos del niño, favorece la superación de las limitaciones que la sordera conlleva. Finalmente, hay que señalar la importancia de la educación que el niño recibe. Cuando la educación se adapta a sus posibilidades, es decir, se utilizan los medios comunicativos que el niño necesita, se está favoreciendo el conjunto de sus aprendizajes. Estos objetivos son más difíciles de conseguir cuando es el niño sordo quien tiene que acomodarse a modelos educativos que se han establecido pensando exclusivamente en los niños oyentes.
2. El desarrollo de los niños sordos
Los estudios sobre los cambios evolutivos de los niños sordos son muy numerosos y abordan todas las dimensiones del desarrollo. En este apartado se han seleccionado, por razones de espacio, las dos más representativas: el desarrollo lingüístico y el cognitivo. El lector interesado en obtener información sobre su desarrollo afectivo, social y personal puede consultar el libro de Marchesi (1987).
Conocimiento e información
La adquisición de conocimientos está muy relacionada con la capacidad de recibir información y elaborarla adecuadamente. Prácticamente toda la in-formación se transmite a través de los diferentes medios de comunicación:diálogos, libros, cine, televisión, radio. En la mayoría de estos ámbitos las personas sordas tienen serias dificultades de obtener la información que se transmite. No es extraño, por tanto, que los sordos tengan mucho más restringido sus conocimientos de realidad. La investigación realizada por Esteban Torres (1986) sobre el recuerdo de cuentos y narraciones en niños sordos pone de manifiesto estas limitaciones. Los niños sordos de cuatro a seis años con pobre nivel lingüístico presentan muchas más dificultades para recordar secuencias narrativas dela vida diaria que los niños oyentes y que otros niños sordos que han adquirido la lengua de signos. La planificación de la conducta y el control ejecutivo de los propios procesos cognitivos son dimensiones en las que también el lenguaje ocupa un papel prioritario. La tesis doctoral realizada por Harris (1977) analizó el es-tilo cognitivo reflexivo o impulsivo de los niños sordos. Comprobó que aquellos niños que han adquirido la lengua de signos desde pequeños tienen una manera más reflexiva de enfrentarse a los problemas que aquellos otros niños sordos que solamente se han enfrentado con la lengua oral y que todavía no la han interiorizado suficientemente.
El proceso de enseñanza
La educación del niño sordo supone un conjunto de decisiones a lo largo del proceso de enseñanza. Hay algunas especialmente importantes, que son las que se van a desarrollar a continuación: los sistemas de comunicación,las adaptaciones curriculares y el tipo de escolarización
Las adaptaciones del currículo
La correcta utilización de un sistema de comunicación manual en el aula es la condición necesaria para facilitar el intercambio de información con el alumno sordo y el progreso en sus aprendizajes escolares. Al mismo tiempo es preciso prestar una especial atención a la comunicación oral dada la importancia de su aprendizaje y de las dificultades del niño sordo. Por ello se deben incorporar todas aquellas modificaciones que, junto con la incorporación de la comunicación visual, faciliten el proceso de enseñanza.
Algunas sugerencias se encuentran en el Cuadro 3. Hay algunas áreas, lengua oral, lengua extranjera y música, en las que deben realizarse importantes adaptaciones curriculares. En el caso de la len-gua es preciso tener en cuenta todas las consideraciones que se han realiza-do anteriormente. Será necesario, en primer lugar, incorporar en el currículo los contenidos propios de la lengua manual y establecer su relación con los objetivos propios de área. En segundo lugar, se deberá tener en cuenta que los niños sordos deben aprender elementos comunicativos y lingüísticos que sus compañeros oyentes han adquirido de forma espontánea y a los que apenas se presta atención en la enseñanza ordinaria. En tercer lugar,deberá existir una estrecha coordinación entre las actividades que el niño realizada en las horas de lengua y el trabajo más individualizado y específico que se desarrolla durante la intervención logopédica. El planteamiento de la lengua extranjera debe hacerse en estrecha conexión con el de la lengua propia. En líneas generales puede decirse que hasta que el niño sordo no haya alcanzado un cierto dominio de su primer código lingüístico, no es aconsejable que inicie el aprendizaje de una segunda len-gua. En todo caso, los objetivos de este área deben centrarse en que el alumno sordo comprenda la existencia de otros sistemas lingüísticos orales y llegue a ser capaz de utilizar expresiones de uso muy habitual. El área de música debe mantenerse en el currículo del niño sordo, aun-que con las adaptaciones necesarias. Los elementos que han de tenerse más en cuenta se refieren al desarrollo de la expresión corporal, al ritmo y a las experiencias con distintos tipos de sonidos y de instrumentos musicales a través de la estimulación vibro táctil. En todas las áreas el énfasis principal debe darse a los procedimientos de aprendizaje, y no tanto a la acumulación de la información. Para los alumnos sordos, aunque también para los oyentes, es especialmente importante desarrollar el deseo de saber, el interés por la búsqueda de información, el gusto por la lectura y la satisfacción por la resolución de un problema determinado. A estos objetivos debe adaptarse la metodología que se desarrolla en el aula. Cuatro principios deben tenerse especialmente en cuenta:
—favorecer la actividad propia de los alumnos;
—organizar las actividades de aprendizaje en pequeños grupos;
—facilitar que los alumnos puedan realizar tareas distintas;
—utilizar métodos visuales de comunicación
Sugerencias para favorecer la comunicación oral en el aula
•Cuidar las condiciones acústicas y de visibilidad en clase
•Utilizar equipos individuales de FM
•Hablar dirigiendo la mirada al niño
•Emplear todo tipo de medios de información
•Facilitar la comprensión a través de mensajes escritos: pizarra, transparencias, etc.
•Animar a que todos los alumnos empleen medios visuales de comunicación
La polémica sobre la integración
Uno de los debates que todavía se mantienen en el campo de la educación de los niños sordos es el referido a su integración en las escuelas con sus compañeros oyentes. Esta posibilidad es considerada negativa por gran parte de sus maestros, por las asociaciones de personas sordas y por investigadores relevantes que han estudiado el desarrollo de los sordos. Las razones que aportan son, en síntesis, las siguientes: —la integración margina la lengua de signos, que es necesaria para la comunicación de las personas sordas y para la construcción de su propia identidad; —los profesores de los centros de oyentes no tienen una preparación suficiente; —Los alumnos sordos tienen serias dificultades de comunicación oral, por lo que la integración social con sus compañeros puede no producirse aunque estén en la misma clase; —Los alumnos sordos no pueden seguir las informaciones transmitidas oralmente, lo que conduce a aumentar sus problemas de aprendizaje Frente a estas razones, los defensores de las opciones integradoras subrayan otras ventajas que reducirían los inconvenientes anteriormente descritos: —los alumnos sordos tienen mayores posibilidades de interacción con compañeros oyentes, lo que favorece la adquisición de esta lengua; —las expectativas y los estímulos para el aprendizaje son mayores en los centros de integración;
—la integración educativa prepara la futura y necesaria integración delas personas sordas en la vida activa y laboral; —la integración debe hacerse en las condiciones adecuadas, pues de otra forma sería negativo. Entre estas condiciones hay que destacar la existencia de proyecto educativo y curricular del centro que tenga en cuenta la realidad de los alumnos sordos, profesores preparados,incorporación de varios alumnos sordos en cada aula y utilización dela comunicación visual. Las investigaciones realizadas con el fin de evaluar las experiencias desintegración de los niños sordos han sido escasas y se han encontrado con múltiples problemas metodológicos. Hay que definir con claridad cuáles son los criterios de «éxito» del programa de integración, pero también es necesario definir esos mismos criterios en los centros específicos. Hay que tener en cuenta también el nivel de pérdida auditiva de los alumnos, su educación temprana y la influencia del entorno familiar. Todo ello hace difícil realizar investigaciones concluyentes, por lo que el resumen sintético que a continuación se expone debe analizarse con precaución. Los estudios realizados sobre el progreso académico de los niños sordos indican que su rendimiento es mejor en las escuelas integradoras que en los centros de educación especial. Por el contrario, las conclusiones principales que se obtienen en las investigaciones sobre el desarrollo emocional y la adaptación social indican mayores dificultades en los colegios de integración (Lynas, 1986).Kyle (1993), después de revisar los estudios sobre los efectos de la integración, sostiene la necesidad de garantizar la accesibilidad a la información y la interacción interpersonal de los niños sordos. Sólo las escuelas que aseguran estas condiciones pueden considerarse adecuadas para la educación de un niño sordo. Desde este planteamiento es necesario establecer los rasgos óptimos de los centros que escolarizan niños sordos. Las decisiones de escolarización de cada niño se tendrán que hacer teniendo en cuenta cuál de los colegios disponibles se acerca más a ese modelo. La integración de los niños hipoacúsicos no debe presentar graves dificultades. Es necesario que los profesores sean conscientes de sus dificulta-des, facilitándoles la comunicación, el acceso a la información y los apoyos necesarios. El problema más serio se refiere a la educación de los niños sordos profundos. En este caso es preciso mantener un objetivo básico: favorecer la comunicación y educar tanto para la integración en el mundo delos oyentes como en el mundo de los sordos. Para ello hay que incorporar un doble sistema de comunicación, oral y visual, y facilitar la interacción social y el aprendizaje de los niños con compañeros sordos y oyentes. Este objetivo primordial puede adoptar diferentes modelos organizativos que han de incluir determinados rasgos específicos. Los más ventajosos son los siguientes:
1.
Colegio con aulas diferentes para sordos y para oyentes en cada uno de los cursos.—
Las clases para sordos tienen profesores competentes en lengua de signos. Existen actividades de aprendizaje conjuntas entre sordos y oyentes de niveles similares en la mayoría de las áreas o sólo en algunas. Estas actividades conjuntas pueden organizarse para todos, para la mayoría o sólo para algunos niños sordos. La flexibilidad organizativa es imprescindible.
2. Colegio de integración preferente para niños sordos.—
Los profesores aprenden lengua de signos. Profesores y adultos sordos colaboran en las actividades formativas. Hay varios niños sordos en cada clase. Se plantean relaciones con niños sordos de otros colegios.
3.Colegio de educación especial para niños sordos.—
La enseñanza es bilingüe. En ella colaboran también adultos sordos. Los niños sordos participan en actividades con niños oyentes de otros colegios. En cualquiera de las opciones es preciso reconocer y respetar la cultura de las personas sordas. Una cultura que se basa en la lengua de signos y que se mantiene a través de la asociaciones de las personas sordas. Una cultura que ha de ayudar a la construcción de la identidad personal de los niños sordos y que debe ser conocida y valorada también por los compañeros oyentes. De esta forma será más sencillo conseguir el objetivo de educar al niño sordo para vivir en una comunidad de personas sordas y en una comunidad de personas oyentes.
El estudio de los niños que están privados de audición y que desarrollan modos alternativos de comunicación ha interesado a muchos investigadores. Los psicólogos evolutivos han intentado conocer qué cambios se producen en sus procesos lingüísticos, cognitivos, y sociales. Los lingüistas han analizado las características y las posibilidades de la lengua propia de las personas sordas:la lengua de signos. Los antropólogos y sociólogos han estudiado principal-mente las relaciones entre las personas sordas, sus actitudes y los rasgos principales que constituyen la cultura de los sordos. Los educadores han reflexionado sobre los procesos de instrucción y sobre las estrategias comunicativas que mejor se adecúan a la forma de aprender de las personas sordas. Las propias personas sordas han reclamado un papel en estos estudios y han aportado la reflexión sobre su propia experiencia. Todos ellos, de forma más autónoma o en equipos interdisciplinares, han contribuido a ampliar el conocimiento sobre la situación de las personas con discapacidad auditiva y sobre las estrategias más adecuadas para favorecer su desarrollo y educación. Este interés de los científicos, de los maestros y de la comunidad sorda para ofrecer unos saberes compartidos no ha conseguido todavía resolver definitivamente dos controversias históricas: el sistema de comunicación más adecuado para la educación de los niños sordos y el tipo de escolarización más positivo. El debate sobre la lengua y sobre la integración educativa se mantiene, a pesar de que en las dos últimas décadas se han producido avances importantes en todos los campos que permiten presentar un pano-rama más sólido y completo.
Diferencias individuales
Las personas con pérdida auditiva constituyen un grupo de una gran heterogeneidad, por lo que no es correcto realizar afirmaciones que puedan generalizarse a toda la población que tiene esta discapacidad. El desarrollo comunicativo y lingüístico, por ejemplo, de niños sordos con una pérdida auditiva profunda presenta unos rasgos muy distintos de aquellos otros con pérdidas ligeras o hipoacúsicos. El hecho de que los padres sean también sordos o sean oyentes tiene igualmente repercusiones importantes en la educación de los niños. Es posible organizar los principales factores diferenciadores en torno a los cinco siguientes: la localización de la lesión, la etiología, la pérdida auditiva, la edad de comienzo de la sordera y el ambiente educativo del niño.
Factores ambientales
Las diferencias que existen entre los niños sordos no derivan únicamente delos aspectos médicos, asociados al tipo, grado y edad de la sordera. Por el contrario, existen experiencias comunicativas y educativas que pueden modificar sustancialmente el curso del desarrollo del niño. La actitud de los padres ante la sordera de su hijo va a tener una notable influencia. Las reacciones pueden ser muy distintas. Hay padres que intentan negar su existencia y, en consecuencia, tratan a su hijo como si fuera oyente. Otros, por el contrario, desarrollan actitudes de sobreprotección. En una posición intermedia, más positiva, están los padres que aceptan las consecuencias de la sordera, crean un ambiente relajado de comunicación,y se plantean aprender y utilizar con su hijo el tipo de comunicación más enriquecedor. Un factor diferencial importante es que los padres sean también sordos osean oyentes. En el primer caso, los padres aceptan con más facilidad la sordera de su hijo, comprenden mejor su situación y ofrecen al niño un sis-tema de comunicación, la lengua de signos, que va a adquirir con gran facilidad. En el caso de los padres oyentes, que son el 90por ciento del total, si bien tienen una mayor competencia en la lengua oral, experimentan mayores dificultades para encontrar el modelo de comunicación más adecuado y para comprender las experiencias vividas por el niño sordo. La posibilidad de recibir una atención educativa desde el momento en que se detecta la sordera es una garantía para el desarrollo satisfactorio del niño. Una atención educativa que incluya la estimulación sensorial, las actividades comunicativas y expresivas, la utilización de la lengua de signos si el niño es sordo profundo, el desarrollo simbólico, la implicación de los padres y la utilización de los restos auditivos del niño, favorece la superación de las limitaciones que la sordera conlleva. Finalmente, hay que señalar la importancia de la educación que el niño recibe. Cuando la educación se adapta a sus posibilidades, es decir, se utilizan los medios comunicativos que el niño necesita, se está favoreciendo el conjunto de sus aprendizajes. Estos objetivos son más difíciles de conseguir cuando es el niño sordo quien tiene que acomodarse a modelos educativos que se han establecido pensando exclusivamente en los niños oyentes.
2. El desarrollo de los niños sordos
Los estudios sobre los cambios evolutivos de los niños sordos son muy numerosos y abordan todas las dimensiones del desarrollo. En este apartado se han seleccionado, por razones de espacio, las dos más representativas: el desarrollo lingüístico y el cognitivo. El lector interesado en obtener información sobre su desarrollo afectivo, social y personal puede consultar el libro de Marchesi (1987).
Conocimiento e información
La adquisición de conocimientos está muy relacionada con la capacidad de recibir información y elaborarla adecuadamente. Prácticamente toda la in-formación se transmite a través de los diferentes medios de comunicación:diálogos, libros, cine, televisión, radio. En la mayoría de estos ámbitos las personas sordas tienen serias dificultades de obtener la información que se transmite. No es extraño, por tanto, que los sordos tengan mucho más restringido sus conocimientos de realidad. La investigación realizada por Esteban Torres (1986) sobre el recuerdo de cuentos y narraciones en niños sordos pone de manifiesto estas limitaciones. Los niños sordos de cuatro a seis años con pobre nivel lingüístico presentan muchas más dificultades para recordar secuencias narrativas dela vida diaria que los niños oyentes y que otros niños sordos que han adquirido la lengua de signos. La planificación de la conducta y el control ejecutivo de los propios procesos cognitivos son dimensiones en las que también el lenguaje ocupa un papel prioritario. La tesis doctoral realizada por Harris (1977) analizó el es-tilo cognitivo reflexivo o impulsivo de los niños sordos. Comprobó que aquellos niños que han adquirido la lengua de signos desde pequeños tienen una manera más reflexiva de enfrentarse a los problemas que aquellos otros niños sordos que solamente se han enfrentado con la lengua oral y que todavía no la han interiorizado suficientemente.
El proceso de enseñanza
La educación del niño sordo supone un conjunto de decisiones a lo largo del proceso de enseñanza. Hay algunas especialmente importantes, que son las que se van a desarrollar a continuación: los sistemas de comunicación,las adaptaciones curriculares y el tipo de escolarización
Las adaptaciones del currículo
La correcta utilización de un sistema de comunicación manual en el aula es la condición necesaria para facilitar el intercambio de información con el alumno sordo y el progreso en sus aprendizajes escolares. Al mismo tiempo es preciso prestar una especial atención a la comunicación oral dada la importancia de su aprendizaje y de las dificultades del niño sordo. Por ello se deben incorporar todas aquellas modificaciones que, junto con la incorporación de la comunicación visual, faciliten el proceso de enseñanza.
Algunas sugerencias se encuentran en el Cuadro 3. Hay algunas áreas, lengua oral, lengua extranjera y música, en las que deben realizarse importantes adaptaciones curriculares. En el caso de la len-gua es preciso tener en cuenta todas las consideraciones que se han realiza-do anteriormente. Será necesario, en primer lugar, incorporar en el currículo los contenidos propios de la lengua manual y establecer su relación con los objetivos propios de área. En segundo lugar, se deberá tener en cuenta que los niños sordos deben aprender elementos comunicativos y lingüísticos que sus compañeros oyentes han adquirido de forma espontánea y a los que apenas se presta atención en la enseñanza ordinaria. En tercer lugar,deberá existir una estrecha coordinación entre las actividades que el niño realizada en las horas de lengua y el trabajo más individualizado y específico que se desarrolla durante la intervención logopédica. El planteamiento de la lengua extranjera debe hacerse en estrecha conexión con el de la lengua propia. En líneas generales puede decirse que hasta que el niño sordo no haya alcanzado un cierto dominio de su primer código lingüístico, no es aconsejable que inicie el aprendizaje de una segunda len-gua. En todo caso, los objetivos de este área deben centrarse en que el alumno sordo comprenda la existencia de otros sistemas lingüísticos orales y llegue a ser capaz de utilizar expresiones de uso muy habitual. El área de música debe mantenerse en el currículo del niño sordo, aun-que con las adaptaciones necesarias. Los elementos que han de tenerse más en cuenta se refieren al desarrollo de la expresión corporal, al ritmo y a las experiencias con distintos tipos de sonidos y de instrumentos musicales a través de la estimulación vibro táctil. En todas las áreas el énfasis principal debe darse a los procedimientos de aprendizaje, y no tanto a la acumulación de la información. Para los alumnos sordos, aunque también para los oyentes, es especialmente importante desarrollar el deseo de saber, el interés por la búsqueda de información, el gusto por la lectura y la satisfacción por la resolución de un problema determinado. A estos objetivos debe adaptarse la metodología que se desarrolla en el aula. Cuatro principios deben tenerse especialmente en cuenta:
—favorecer la actividad propia de los alumnos;
—organizar las actividades de aprendizaje en pequeños grupos;
—facilitar que los alumnos puedan realizar tareas distintas;
—utilizar métodos visuales de comunicación
Sugerencias para favorecer la comunicación oral en el aula
•Cuidar las condiciones acústicas y de visibilidad en clase
•Utilizar equipos individuales de FM
•Hablar dirigiendo la mirada al niño
•Emplear todo tipo de medios de información
•Facilitar la comprensión a través de mensajes escritos: pizarra, transparencias, etc.
•Animar a que todos los alumnos empleen medios visuales de comunicación
La polémica sobre la integración
Uno de los debates que todavía se mantienen en el campo de la educación de los niños sordos es el referido a su integración en las escuelas con sus compañeros oyentes. Esta posibilidad es considerada negativa por gran parte de sus maestros, por las asociaciones de personas sordas y por investigadores relevantes que han estudiado el desarrollo de los sordos. Las razones que aportan son, en síntesis, las siguientes: —la integración margina la lengua de signos, que es necesaria para la comunicación de las personas sordas y para la construcción de su propia identidad; —los profesores de los centros de oyentes no tienen una preparación suficiente; —Los alumnos sordos tienen serias dificultades de comunicación oral, por lo que la integración social con sus compañeros puede no producirse aunque estén en la misma clase; —Los alumnos sordos no pueden seguir las informaciones transmitidas oralmente, lo que conduce a aumentar sus problemas de aprendizaje Frente a estas razones, los defensores de las opciones integradoras subrayan otras ventajas que reducirían los inconvenientes anteriormente descritos: —los alumnos sordos tienen mayores posibilidades de interacción con compañeros oyentes, lo que favorece la adquisición de esta lengua; —las expectativas y los estímulos para el aprendizaje son mayores en los centros de integración;
—la integración educativa prepara la futura y necesaria integración delas personas sordas en la vida activa y laboral; —la integración debe hacerse en las condiciones adecuadas, pues de otra forma sería negativo. Entre estas condiciones hay que destacar la existencia de proyecto educativo y curricular del centro que tenga en cuenta la realidad de los alumnos sordos, profesores preparados,incorporación de varios alumnos sordos en cada aula y utilización dela comunicación visual. Las investigaciones realizadas con el fin de evaluar las experiencias desintegración de los niños sordos han sido escasas y se han encontrado con múltiples problemas metodológicos. Hay que definir con claridad cuáles son los criterios de «éxito» del programa de integración, pero también es necesario definir esos mismos criterios en los centros específicos. Hay que tener en cuenta también el nivel de pérdida auditiva de los alumnos, su educación temprana y la influencia del entorno familiar. Todo ello hace difícil realizar investigaciones concluyentes, por lo que el resumen sintético que a continuación se expone debe analizarse con precaución. Los estudios realizados sobre el progreso académico de los niños sordos indican que su rendimiento es mejor en las escuelas integradoras que en los centros de educación especial. Por el contrario, las conclusiones principales que se obtienen en las investigaciones sobre el desarrollo emocional y la adaptación social indican mayores dificultades en los colegios de integración (Lynas, 1986).Kyle (1993), después de revisar los estudios sobre los efectos de la integración, sostiene la necesidad de garantizar la accesibilidad a la información y la interacción interpersonal de los niños sordos. Sólo las escuelas que aseguran estas condiciones pueden considerarse adecuadas para la educación de un niño sordo. Desde este planteamiento es necesario establecer los rasgos óptimos de los centros que escolarizan niños sordos. Las decisiones de escolarización de cada niño se tendrán que hacer teniendo en cuenta cuál de los colegios disponibles se acerca más a ese modelo. La integración de los niños hipoacúsicos no debe presentar graves dificultades. Es necesario que los profesores sean conscientes de sus dificulta-des, facilitándoles la comunicación, el acceso a la información y los apoyos necesarios. El problema más serio se refiere a la educación de los niños sordos profundos. En este caso es preciso mantener un objetivo básico: favorecer la comunicación y educar tanto para la integración en el mundo delos oyentes como en el mundo de los sordos. Para ello hay que incorporar un doble sistema de comunicación, oral y visual, y facilitar la interacción social y el aprendizaje de los niños con compañeros sordos y oyentes. Este objetivo primordial puede adoptar diferentes modelos organizativos que han de incluir determinados rasgos específicos. Los más ventajosos son los siguientes:
1.
Colegio con aulas diferentes para sordos y para oyentes en cada uno de los cursos.—
Las clases para sordos tienen profesores competentes en lengua de signos. Existen actividades de aprendizaje conjuntas entre sordos y oyentes de niveles similares en la mayoría de las áreas o sólo en algunas. Estas actividades conjuntas pueden organizarse para todos, para la mayoría o sólo para algunos niños sordos. La flexibilidad organizativa es imprescindible.
2. Colegio de integración preferente para niños sordos.—
Los profesores aprenden lengua de signos. Profesores y adultos sordos colaboran en las actividades formativas. Hay varios niños sordos en cada clase. Se plantean relaciones con niños sordos de otros colegios.
3.Colegio de educación especial para niños sordos.—
La enseñanza es bilingüe. En ella colaboran también adultos sordos. Los niños sordos participan en actividades con niños oyentes de otros colegios. En cualquiera de las opciones es preciso reconocer y respetar la cultura de las personas sordas. Una cultura que se basa en la lengua de signos y que se mantiene a través de la asociaciones de las personas sordas. Una cultura que ha de ayudar a la construcción de la identidad personal de los niños sordos y que debe ser conocida y valorada también por los compañeros oyentes. De esta forma será más sencillo conseguir el objetivo de educar al niño sordo para vivir en una comunidad de personas sordas y en una comunidad de personas oyentes.
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